Si aún no te has dado cuenta, el problema en el desafío anterior estaba en la llamada `splice` de la función `tabClose()`. Desafortunadamente, `splice` modifica el arreglo original a la que se llama, por lo que la segunda llamada a ella utilizo un arreglo modificado, y dio resultados inesperados.
Este es un pequeño ejemplo de un patrón mucho mayor: se llama a una función en una variable, arreglo o un objeto, y la función modifica la variable o algo en el objeto.
Uno de los principios fundamentales de la programación funcional es no cambiar las cosas. Los cambios conducen a errores. Es más fácil evitar errores sabiendo que las funciones no cambian nada, incluyendo los argumentos de la función o cualquier variable global.
Recuerda que en la programación funcional, cambiar o alterar cosas se denomina <dfn>mutación</dfn>, y el resultado es conocido como <dfn>efecto secundario</dfn>. Una función, idealmente, debe ser una <dfn>función pura</dfn>, lo que significa que no provoca ningún efecto secundario.